No fue Mondrian. Tampoco Malevich ni Kandinsky. Toda la vida creyendo que estos tres hombres fueron los padres de la abstracción y resulta que no. Que fue una joven pintora sueca, mística y visionaria, llamada Hilma af Klint (1862-1944) la primera artista que desafió las leyes de la pintura figurativa creando el primer lienzo abstracto de la historia. Como es habitual, su nombre desapareció de los tratados de arte, los museos, el coleccionismo y el mercado. Claro que ella contribuyó en gran medida a fomentar su invisibilidad. Convencida de que el mundo no estaba preparado para contemplar ni comprender su obra, dispuso de manera expresa que no fuera exhibida en público hasta al menos 20 años después de su muerte. Y así fue.

En 1986, sobrepasado con creces el plazo establecido por af Klint, el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles expuso por primera vez el trabajo de la sueca, bajo el título The Spiritual in Art – Abstract Paintings 1890 – 1985 . Varios años después, en 2013, el Museo of Modern Art in Stockholm celebró la mayor retrospectiva de la artista, con una colección de aproximadamente 230 pinturas. Meses después se exhibieron en el Museo Picasso de Málaga. Fue cuando la descubrí.

Hilma af Klint perteneció a una de las primeras generaciones de mujeres que recibió una educación superior en la Real Academia de Bellas Artes (Kungl Konstakademien) de Estocolmo. Comenzó a formarse allí a los 20 años, dedicándose inicialmente al dibujo, el retrato y el paisaje. Mientras aprendía el arte de la pintura, sintió la llamada del esoterismo, la espiritualidad y el más allá, como muchos de sus contemporáneos. Europa era entonces un hervidero donde el interés por las ciencias ocultas se manifestaba por doquier.

Hacia 1896 creó, junto a sus compañeras de la academia, El círculo de las Cinco. Se reunía una vez a la semana para practicar el esoterismo y dibujar en estado de semiinconsciencia. Con el tiempo, el equipo se desintegró. Hilma af Klint continúo en solitario su proyecto de plasmar en un lienzo sus experiencias sobrenaturales. A partir de 1906, siguiendo los dictados de su mística, comenzó a pintar la que sería la más fantástica y enigmática de sus series: Los cuadros para el templo. Casi una década después, cuando Kandinsky se anunciaba como el primer creador de una obra abstracta, ella ya llevaba casi dos centenas. Obras inmensas no sólo por su tamaño (más de tres metros de largo), sino por su fuerza espiritual.

La pintura de af Klint, como ella pretendía, supera los límites del mundo físico para introducirse en un universo geométrico, impregnado de simbolismo, alquimia y alegorías paranormales. Sus figuras biomórficas, sus círculos y óvalos desmesurados, sus espirales infinitas son el reflejo del cosmos, del espacio desconocido y de su propio universo interior.

El legado de la pintora sueca del más allá supera el millar de piezas entre pinturas y obra en papel. En todas ellas aborda las dualidades materia-espíritu, día-noche, frío-calor; la infinitud del cosmos, la permanencia, la esencia de la realidad. Por ello su obra, además de situarse en el origen de la abstracción como merece, debe releerse considerando la complejidad de la simbología que encierra, los conceptos teosóficos que refleja, su visión esotérica de la vida. “La concha o la espiral, escribió, designa un desarrollo, los azules y los amarillos representan lo femenino y lo masculino, al igual que el lirio y la rosa. La W es sinónimo de materia, la U de espíritu. La forma de almendra es un antiguo símbolo de la unidad y de la finalización”.

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Bibliografía. Iris Müller-Westermann. Pascal Rousseau, profesor de Historia del Arte Contemporáneo en la Université de París I Panthéon-Sorbonne. David Lomas, profesor de Historia del Arte en la University of Manchester. Catálogo de la exposición: Moderna Museets. Catálogo de la exposición. Moderna Museet Stockholm, Hamburger Bahnhof Museum für Gegenwart, Berlín, Tyskland, Museo Picasso, Málaga, España.

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Actualmente,  el museo Guggenheim de Nueva York exhibe la la primera gran exposición individual de la obra de la artista en Estados Unidos. Tracey Bashkoff es la comisaria de Hilma af Klint: Pinturas para el futuro.