Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. Carmen Martín Gaite.
Leonora Carrington dejó un legado enigmático e imaginativo en la historia del arte. Desde su nacimiento en Lancashire hasta su muerte en México, Carrington exploró su interés por el ocultismo, la mitología y la alquimia a través de sus pinturas, esculturas, tapices, cuentos, novelas y memorias. ☞
Entre la figuración, la abstracción y el arte terapéutico. En esas coordenadas estéticas se mueve la brasileña Lygia Clark, una de la principales figuras del Neoconcretismo del siglo XX. ☞
Joana Vasconcelos ama el color y el lujo barroco. Es punzante e irónica, local y global, elegante e inmensa. Representa el choque entre la realidad y la imagen, la contradicción entre la mujer tradicional y la contemporánea, la presencia femenina activa en la sociedad. ☞
Madge Gill nació en el East End londinense en 1882. Olvídense del fascinante espacio artístico, vibrante, bohemio y hipster del siglo XXI. En la época victoriana el barrio era un reducto marginal, desordenado e insalubre. ☞
Podía haberse dedicado exclusivamente a la pintura y la enseñanza del arte, sin embargo Maria Sibylla Merian era demasiado curiosa, demasiado intrépida, demasiado desobediente. ☞
La británica Jane Clifford fue la primera mujer admitida en la Sociedad Francesa de Fotografía y la encargada de fotografiar el Tesoro del Delfín del Museo del Prado en 1863. ☞
Suzanne Valadon amaba la luz mortecina de las tardes, el barullo de las tabernas, el sabor a absenta y a flores de mal, la bohemia por sobre todas las cosas. ☞
Alma Mahler apuraba su existencia del mismo modo que el entorno igualmente turbulento en el que creció y vivió se desgarraba mientras se bebía a morro los últimos instantes de gloria. ☞
Hilma af Klint perteneció a una de las primeras generaciones de mujeres que recibió una educación superior en la Real Academia de Bellas Artes (Kungl. Konstakademien) de Estocolmo. ☞