Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. Carmen Martín Gaite.
Flora Tristán sufrió todas y cada una de las imposiciones masculinas de la época. Primero como hija natural, después condenada a un matrimonio impuesto. La emprendió contra todo. ☞
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