
Fantasma.
La buscaba porque vivía oculta, al margen del ruido del mundo, de las miserias del mundo, de sus propias miserias. La buscaba porque sólo la intuía en la penumbra, como un fantasma de sí misma.
MenuNadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. Carmen Martín Gaite.
A veces la vida me regala el deseo – ¿o eres tú?
A veces, mi camino sin rumbo cierto se topa con tu desvío, sin señales, sin kilómetros, sin indicarme el destino y me descubro siguiéndolo, sin miedo, sin límites, sin razón ni sinrazones.
Mis ojos te cuentan lo que callo, mi sonrisa se eterniza, se sumerge en el dulce mar de tus palabras. Y vuelvo a ser esa niña consentida, sedienta de amor, esa mujer hambrienta de de fuego. Ese juego sublime, ese sueño intangible.
A veces…, me sigo enamorando de las palabras. Y a veces, quiero seguir hundida en tu hechizo, nadando entre las olas, sin pensar en nada… A veces, sólo quiero leer tu entrega y la distancia que no rompe la magia.
A veces, sólo a veces, regalo una mirada.
A veces, sólo a veces, juego.
Reina, 14 de julio
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