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Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. Carmen Martín Gaite.

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Haiku o el arte de lo pequeño. II

Hoy, el haiku se escribe en veinticinco lenguas (algunos afirman que en setenta) que representan corrientes culturales diferentes.

Parte II: la evolución del haiku japonés. El haiku en occidente (*)

El poeta japonés Ippekiro Nakatsuka(1887-1946) inició la escuela Shintai-Haiku (haiku nuevo-estilo, haiku libre), se rebeló contra el haiku tradicional, introdujo el lenguaje familiar, rompió con su rígida estructura eliminando las 17 sílabas, rechazó el uso del kigo y aconsejó el desarrollo del estilo personal del haijin. Sus haiku no tiene forma fija, son flexibles, oscilantes como llamas:

“Sufriendo.
Alrededor de la cama flota
el azul del mar en invierno”.

I. Nakatsuka

Hoy, el haiku se escribe en veinticinco lenguas (algunos afirman que en setenta) que representan corrientes culturales diferentes, por lo que el esquema antiguo ha sufrido numerosas transformaciones tanto en Japón como en occidente.

Hablando de occidente y, en concreto del español y la civilización iberoamericana, nos preguntamos ¿cómo es posible occidentalizar un género poético nacido en el entorno cultural de un Japón del s. VXII, tan ajeno a nuestra cultura? ¿Cómo podemos mantener el esquema métrico 5-7-5 y el kigo?

Pues es posible, y no solo posible, sino real.

Para empezar, el esquema silábico del haiku se aviene perfectamente a las características formales y rítmicas de la lengua castellana.

En la poesía tradicional española existe una figura, la seguidilla, que tiene el mismo patrón silábico que el haiku. La diferencia fundamental radica en que la primera se agrupa en estrofas de cuatro versos –seguidilla simple– (7-5-7-5) y siete versos –seguidilla compuesta– (7-5-7-5-5-7-5) y con rima asonante en los pares:

“La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla
hielo negro y escarcha
grande y redonda”.

M. Hernández

En la seguidilla compuesta, los tres últimos (5-7-5) se avienen perfectamente a las características formales y rítmicas del haiku tradicional.

En Occidente, la exclusión del uso de la metáfora y el pronombre personal es muy respetada por gran cantidad de poetas, hasta el punto de considerar el uso de las mismas, como elemento determinante para descalificar como haiku un poema.

(*) Fuente: Carlos Fleitas. Cómo escribir un haiku

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