Nadie puede enjaular los ojos de una mujer que se acerca a una ventana, ni prohibirles que surquen el mundo hasta confines ignotos. Carmen Martín Gaite.
¿Por qué hoy un libro y por qué precisamente este libro: Estás en la luna? Porque es precioso, porque es de una sensibilidad y un gusto extraordinarios, porque es perfecto para cualquier persona y porque el pueblo saharaui se merece mucho más de que hacemos.
Una vez más Javier Sanz en su blog Historias de la historia, nos invita a participar en un bonito proyecto: Letras en el Sahara. Los enlaces os llevarán a toda la información para contribuir y difundir esta preciosa iniciativa con un fin muy concreto: un bibliobús para los campamentos de refugiados saharauis, Bubisher lleva libros, historias y sueños a un pueblo que necesita la cultura para sobrevivir en la tierra más inhóspita del planeta y su proyecto de construir una Biblioteca Pública del Bubisher en Smara.
Pinchad los enlaces para informaros del proyecto, y como colaborar. Mi opinión: ¡vale la pena!
En twitter utilizad el hashtag #letrasenelsahara
Estás en la luna.
La abuela Bahía está en la luna; lentamente pierde la memoria. La abuela Bahía cada día está más cerca de la luna y lo sabe. La abuela Bahía no quiere olvidar, pero pierde las cosas e intuye que el olvido va a ser inevitable. La abuela Bahía está tan en la luna que algunas veces llama Margarita(*) a su nieta Baraka
Una noche, alumbrada por la intensa luz de la luna llena del desierto, la abuela Bahía va regalar a Baraka el mejor legado: su memoria. La memoria de un pueblo injustamente enterrado y encerrado en el exilio, la memoria del destierro del pueblo saharaui. Bahía no quiere olvidar ni está dispuesta a sepultar su país, el Sahara Occidental, bajo las arenas de la Hamada argelina.
Y esa noche de luna abre el baúl de su vida y le enseña a Baraka todos sus recuerdos, sus melfas –telas de colores en las que se envuelven las mujeres saharauis-, su espejo de princesa, sus perlas… Lo mejor lo deja para el final, su tesoro más preciado: la fotografía de su casa de Dajla, en la comarca de Río de Oro. La imagen de su preciosa casa junto al mar en la bahía de Bahía, la linda casa con tejado en forma de cúpula que el abuelo Abdulá, el lunático, construyó para ella hace ya tantos años. ¡Era tan hermosa su casa!, casi como las margaritas que colgaban a ambos lados de las ventanas.
Pero Bahía tuvo que huir; tuvo que escapar de allí con sus tres hijos treinta años antes, cuando el Sahara Occidental fue ocupado y empezó la guerra, la maldita guerra, tan maldita y tan injusta como cualquier otra, pero más.
Y le cuenta a Baraka, y la niña escucha y a partir de esa noche se va tejiendo una tierna, dulce y profunda relación entre Bahía y su nieta.
Cada crepúsculo la abuela habla para no olvidar, para que la niña de nueve años recuerde siempre:“(…) tengo raíces más hondas que esas macetas. Raíces para mí y para mis hijos. Y para los hijos que tengas tú, cuando los tengas”.
En sus pocas páginas (algo más de cien) se encierra la historia de un país, de una guerra, de una situación que todavía hoy, nadie ha tenido el valor –ni la decencia- de resolver, una injusticia a la que nadie ha puesto fin.
Es extraordinaria la sensibilidad de Baraka cuando, desesperada ante el desconsuelo de su abuela, encuentra en las palabras la manera de hacerla feliz: la casa abandonada de Dajla le escribía cartas a Bahía. Me recordó a las cartas que Kafka escribió para la niña que lloraba cuando perdió su muñeca. Igual que la niña tuvo su historia y “recuperó” su muñeca, Bahía reconquistó su casa y su tierra abandonadas a través de las cartas de Baraka, inventadas como una caricia.
La autora del libro es Carmen Montalbán. Editorial Kalandraka. Las ilustraciones de Pilar Millán también merecen una alusión especial: son unas acuarelas maravillosas y llenas de color que aportan, si cabe, aún más luminosidad a esta novela inolvidable y apta para cualquier edad.
(*)“Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar: tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento”.
Ni ChatGPT ni ninguna otra herramienta de escritura basada en AI. Al menos por ahora. No sólo mi experiencia personal y la de compañeros de oficio avalan afirmación tan rotunda. Los propios textos generados por la herramienta revelan infinidad de carencias. La más importante, la creatividad. ☞
Con los Z parece que la grisalla dosmiliana toca a su fin. Ojo, que no llegan como héroes de Marvel para librar al mundo de los villanos. Tampoco tienen superpoderes, pero sí un plan. ☞
Si nos ceñimos al canon, la lista de clásicos literarios españoles es sencilla. Desde el Lazarillo de Tormes hasta Delibes y su retrato de la España rural de mediados del siglo XX, el legado literario patrio abarca infinidad de textos y autores. ☞
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